Su
origen va ligado a la historia del pueblo de Olivenza (Badajoz) que durante
setecientos años estuvo de mano en mano entre los reinos de Portugal y de España.
De esa mezcla y de la convivencia a un lado y otro de la raya surgió la jota más
popular y conocida de toda Extremadura. Un fado alentejano que al españolizarse
derivó en un ritmo más rápido y cuya coreografía, acompañada de palmas, la
hacen muy reconocible.
A
pesar de contar con composiciones tan conocidas como El Redoble, La jota de la uva,
la de la Virgen de Guadalupe, etc., es El
Candil la joya del folklore
extremeño. Prueba de ello son los múltiples estilos en los que ha sido
versionado.
Aquí
os dejamos varias interpretaciones. Una más instrumental realizada por la
Orquesta de Radiotelevisión Española y otra múltiple, que se llevó a cabo
durante la celebración de un 8 de septiembre y que fue interpretada por Los niños de los Ojos Rojos, Perroflauta, La
Familia Vargas, Acetre, Manantial Flok, entre otros.
Id
tomando nota, piloneros, porque El Candil
se tiene que volver a bailar en Berrocalejo.